Educar para aliviar: cómo cambiar la forma en que pensamos el dolor puede cambiar nuestra vida

¿Y si el primer paso para sentir menos dolor fuera entenderlo mejor?

Durante años, la ciencia ha demostrado que explicar el dolor de forma correcta y comprensible puede cambiar no solo la percepción del paciente, sino también los resultados de su tratamiento. Esta es la base de lo que hoy se llama educación en neurociencia del dolor.

¿Qué significa esto exactamente?

En lugar de centrarse solo en la parte física (músculos, huesos, medicamentos), este enfoque enseña al paciente cómo funciona el dolor a nivel cerebral y del sistema nervioso. No con tecnicismos, sino con explicaciones claras, ejemplos de la vida real y un mensaje clave:
el dolor no siempre significa daño.

¿Qué se ha demostrado?

Este artículo reúne muchos estudios que muestran que, cuando los pacientes entienden mejor su dolor:

  • Tienen menos miedo a moverse.

  • Mejoran su capacidad física.

  • Toman menos medicación.

  • Y sobre todo: sienten menos dolor.

Y todo esto sin haber añadido tratamientos nuevos, sino cambiando su conocimiento y sus creencias sobre lo que les pasa.

¿Y cómo se hace?

No se trata de dar una clase médica, sino de tener conversaciones honestas, cercanas y claras con el paciente. Usamos ejemplos, metáforas y recursos adaptados a cada persona, para que entienda por qué duele y cómo su cuerpo puede aprender a responder de otra forma.

En la consulta con la Dra. Herrera Goicoechea, este es el punto de partida. Porque cuando el paciente entiende lo que le ocurre, deja de sentir que su cuerpo es el enemigo.

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